Patch es un ángel caído que quiere ser humano y necesita a Nora para lograrlo. El problema es que se enamora de Nora y, obviamente, ella de él. Uno de los problemas que tuve al leer el libro es que no me terminé de enganchar con ninguno de los personajes. Nora me ponía nerviosa, por momentos me parecía aburrida. Patch tiene su atractivo y las mejores partes son aquellas en las que él está, pero no me enamoré. Hay otros dos personajes masculinos, Elliot y Jules, que son una gran nube de humo y poco llamativos y Vee, la típica amiga tarada de la protagonista.
La historia se toma varios capítulos para llegar a lo importante, a lo que queremos saber. Es cierto que va dejando pistas en el camino pero no te alcanzan para terminar de armar el rompecabezas. La autora lo sabe, está en su casa y piensa "no se entiende nada, tengo que dar respuestas, tengo que redondear y me quedan pocos capítulos". Entonces recurre a la clásica vomitada de confesiones, explicaciones y conclusiones.
Tenía muchas ganas de leer este libro, desde que vi la tapa (tengo que dejar de juzgar a los libros por las tapas, es una lotería). Lo bueno de todo esto es que lo leí en un par de horas, o sea, logró atraparme. Lo malo es que todavía no puedo entender cómo hizo para atraparme o qué me atrapó del libro. Además más leía, más se parecía a la versión angelical de Twilight.
Puntaje: 5
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