
Cuenta la historia de Thomas Craven (Mel Gibson) un policía que quiere por qué saber mataron a su hija y un poco de venganza también. Thomas no sabe nada de su hija, con quién sale ni de qué trabaja, un día la joven regresa a la casa de su padre preocupada y con ganas de contarle algo, algo que nunca llega a decir. Thomas deja de lado el dolor y se pone a averiguar. Finalmente, se va a enterar de todo lo que desconocía de su hija y revelará una gran conspiración.
La película es efectiva pero no memorable. Si le gustan los thrillers van a saber apreciarla. Tiene algunas escenas muy buenas y después se apoya más que nada en Mel Gibson que tiene una actuación decente, no maravillosa.
Este tipo de películas no son mis preferidas, son predecibles y no me dejan nada; pero debo admitir que cumplió su función de mantenerme entretenida casi dos horas y eso ya es algo ¿no?
Puntaje: 6
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